En el Torcal de Antequera habré estado unas cinco veces, y cada vez que voy descubro algo nuevo dependiendo de la fecha que vallas. La última vez que estuve, fue con mi hermano y su mujer, y mi familia, en invierno. El camino estaba muy resbaladizo, pero se podía andar. Vimos muchas cabras montesas a las cuales iba sacándoles fotos. Mientras ellos iban por el camino, yo me desviaba y subía por los tajos a ver que descubro. Me doy algún susto que otro, pero merece la pena... Una vez fuera, comimos en un bar que hay cerca hacia la derecha. Luego, nos volvimos a Antequera. Allí también hay algunas cosas que ver: unos dolmenes y alguna iglesia y museos.
El Torcal
Una cabra
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario